Naciones Unidas, 12 feb (Prensa Latina) La interrupción de las telecomunicaciones en Sudán obstaculiza las operaciones humanitarias mientras las necesidades en el país acumulan niveles récord, advirtió hoy el portavoz del secretario general de la ONU (António Guterres), Stéphane Dujarric.
El vocero recordó que el corte de la red ocurre mientras casi 25 millones de personas, el equivalente a la mitad de la población de la nación africana, necesitan asistencia humanitaria este año.
Por su parte, el subsecretario de Asuntos Humanitarios del organismo, Martin Griffiths, calificó de inaceptable el apagón que impide servicios esenciales y la respuesta para sus necesidades.
El alto representante urgió los involucrados a restablecer de inmediato el acceso a la red.
La nación africana permanece sin servicios telefónicos, de internet o asociados desde el 4 de febrero último luego de que las Fuerzas de Apoyo Rápido asaltaran los interruptores principales de las tres compañías de comunicaciones que operan en Sudán (Zain, MTN Sudan y Sudatel), en la capital.
De acuerdo con reportes de prensa, los insurgentes ordenaron, a punta de pistola, a los ingenieros que trabajaban en estas sedes el fin de los servicios.
La semana pasada, el organismo estimó en cuatro mil 100 millones de dólares la respuesta para los civiles en Sudán.
El lanzamiento incluye un Plan de Respuesta y Necesidades Humanitarias de dos mil 700 millones de dólares destinado a 14,7 millones de personas dentro de Sudán, y un Plan Regional de Respuesta a Refugiados de mil 400 millones para ayudar a 2,7 millones de personas en cinco países circundantes.
De acuerdo con Griffiths, muchos de los necesitados son niños mientras que 18 millones de civiles padecen inseguridad alimentaria aguda como consecuencia de una de las mayores crisis de desplazamiento y protección del mundo.
Según evaluaciones recientes, dos de cada tres sudaneses carecen de acceso a la atención sanitaria y aproximadamente 19 millones de niños no van a la escuela.
El conflicto que estalló el abril pasado acumula más de 13 mil víctimas fatales y más de 10 millones de civiles expulsados de sus hogares.